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jueves, 20 de marzo de 2014

El segundo modo de amor



A veces el alma también vive otro modo de amor. Este se da cuando se dedica a servir a nuestro Señor gratuitamente, sin más, sólo por amor, sin tener a la vista ningún motivo o recompensa de gracia o gloria. Como una joven doncella que sirve a su señor con gran amor, sin perseguir ninguna recompensa - le basta poderle servir y que a él le plazca que le sirve -, así el alma desea poder servir al amor con un amor sin medida, inmenso, más allá de toda racionalidad y cálculo humano, con todos los servicios que su fidelidad le inspira.

Cuando el alma se encuentra en este estado, ¡cómo arde su anhelo! Está dispuesta a cualquier servicio. ¡Cuán ligeras le parecen las cargas! ¡Con qué facilidad soporta los sinsabores! ¡Cómo se alegra cuando las cosas se ponen difíciles! ¡Qué alegría tan grande cuando descubre algo que puede hacer o sufrir para servir al amor, por su honor!

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