Páginas

lunes, 23 de diciembre de 2013

Un Viajero Panadero.

La prueba del acto realizado.

El camino hoy por hoy me llevó hasta un horno. Sucede, que hoy se terminaban las posadas y mañana toca compartir algo en el templo con la comunidad. A mi alma de compañía se le ocurrió que hiciera pan casero para compartir con el cafecito. Pasó que a mí se me ocurrió decirle que sí y de ahí surgió el pan casero del día de hoy.

El Viajero Nórdico aprendió hacer pan viendo a su madre hacer pan. Pero de ver a hacer, qué distancia. Al llegar a este país sureño y no encontrar trabajo tocó descubrir la forma de conseguir algo de dinero, puesto que las ideas llegan y el valor con ellas, se me ocurrió hacerme un horno en el solar de la casa y hornear. Así empecé mi vida de panadero casual.

Hoy tenía dos miedos:
-          Que quedara mal por mal preparado que algo se pasara, o,
-          Que quedara mal por hornearlo mucho.

Je, je, je, je, como se imaginaran no quedo mal por ningún motivo.

Un Viajero debe saber hacer de todo un poco, porque nunca sabe qué circunstancias le toque pasar en el futuro en alguna aldea.

Este Viajero como ven es medio atrevido, osado con la vida, pero así es esto, de ser osado y atrevido, arriesgado, confiado y tener fe en uno mismo, en lo que se puede hacer. En estos tiempos, hay dos recursos: el internet y las recetas; y juntos estos dos son bomba culinaria.


Yo sé que esta prueba está superada. Sé que puedo seguir haciendo cositas ricas para el deguste de los demás y para dar gracias a Dios por las bondades que ha puesto en mis manos, por los atributos que su misericordia me regala, por sus dones derramados en mi. La raíz de todo esto es sin duda, ser agradecido con el Señor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario